Vistas de página en total

sábado, 16 de septiembre de 2017

Adaptaciones de las relaciones: Era virtual. Cortejo

Cortejo


Hasta el pavo real se esfuerza en el plumaje

Primero dijeron que veníamos de una costilla, luego fueron miles de décadas condenadas a ser las causantes de la ausencia de un hijo varón; finalmente ambas injurias han sido defenestradas: el sexo del hijo varón lo determina el padre, y aún más reivindicativo: recién a la octava semana de gestación, la famosa “y” reorientará el diseño y se fabricara un varón, porque lo cierto es que la humanidad se inicia como hembra, de ahí las tetillas como resabios en los hombres. Sus tan mentados testículos devienen de los ovarios y el poderoso pene del clítoris.
Ausentados ambos mitos, subyace la misma historia de la humanidad que señala su inicio como matriarcado ante la relevancia que se le daba a la mujer como productora de hijos.
¿Entonces? El macho de la especie acusa más fuerza física y la historia la cuentan los más fuertes, ¿eso ocurrió?
En el ahora, la mujer ha soltado la correa, y la libertad no es algo tan simple como bonito suena.
Son tiempos de acomodo.
Pero en esos acomodos: ¿dónde quedó el cortejo?
Los machos de cualquier especie cortejan a la hembra para procrear; adelantados unos saltos al plumaje del pavo real o a la imagen del hombre de la caverna que arrastraba del cabello a la hembra a la cueva, el cortejo actual columpia entre idílicas fórmulas cinéfilas al porrazo de la colisión anónima.
Y ese tema ocupa: la  libido, el deseo, la pasión no se sujetan a la nada, conlleva un sutil y enmarañado tramado, en el que inclusive lo prohibido la alienta.

Sin el cortejo del varón, ¿qué ocurrirá? Lo disímil no propicia soluciones, compararlo con un antes incluso acarrea nostalgias.
¿Deberá la mujer realizar el cortejo?
¿Por qué alentaría ser “como un hombre”? 
¡Qué trabajen ellos -diría mi abuela-, yo elijo!

Equilibremos: mis derechos y deberes como persona, pero sin mitigar mi bella condición de mujer: no tengo tatuado que debo lavar los platos pero sí exijo que me abran la puerta.




Tiempo de acomodos, millones de acomodos convergiendo juntos. Tironeados y asediados.

 

¿El amor convertido en un narcótico de venta masiva?
¿El amor convertido en una simulación?
¿Los mejores cortejos serán artífices de mentira?

Amor virtual


2 comentarios:

Estupidez muy peligrosa

  Estupidez muy peligrosa   Todos sabemos que Mary Shelley creó un personaje con una ciencia que no existía ni existe, se le disculpa po...